miércoles, 22 de febrero de 2012

V. ACTUALIZANDO LA SALVACIÓN. CULTO Y MORAL CRISTIANOS. 12,1-21.

12       1Por ese cariño de Dios os exhorto, hermanos, a que ofrezcáis vuestra propia existencia como sacrificio vivo, consagrado, agradable a Dios, como vuestro culto auténtico; 2y no os amoldéis al mundo este, sino idos transformando con la nueva mentalidad, para ser vosotros capaces de distinguir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, conveniente y acabado.
              3Además, en virtud del don que he recibido, aviso a cada uno de vosotros, sea quien sea, que no se tenga en más de lo que hay que tenerse, sino que se tenga en lo que debe tenerse, según el cupo de fe que Dios haya repartido a cada uno.
              4Porque en el cuerpo, que es uno, tenemos muchos miembros, pero no todos tienen la misma función; 5lo mismo nosotros, con ser muchos, unidos a Cristo formamos un solo cuerpo y, respecto de los demás, cada uno es miembro; 6pero con dotes diferentes, según el regalo que Dios nos haya hecho: si es el hablar inspirado, ejérzase en proporción a la fe; 7si es el servicio, dedicándose a servir; si es el que enseña, a enseñar; 8si es el que exhorta, a exhortar. El que contribuye, hágalo con esplendidez; el encargado, con empeño; el que reparte la asistencia, con simpatía.
             9El amor, sin ficciones: aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. 10Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, rivalizando en la estima mutua. 11En la actividad no os echéis atrás; en el espíritu manteneos fervientes, siempre al servicio del Señor. 12Que la esperanza os tenga alegres, sed enteros en las dificultades y asiduos a la oración; 13haceos solidarios de las necesidades de los consagrados; esmeraos en la hospitalidad.
             14Bendecid a los que os persiguen; bendecir, sí, no maldigáis. 15Con los que están alegres, alegraos; 16con los que lloran, llorad. Andad de acuerdo unos con otros; no penséis en grandezas, que os itre lo humilde; no mostréis suficiencia.
             17No devolváis a nadie mal por mal. Procurad la buena reputación entre la gente (Prov 5,4); 18en cuanto sea posible y por lo que a vosotros os toca, estad en paz con todo el mundo.
             19Amigos, no os toméis la venganza, dejad lugar al castigo, porque dice el Señor en la Escritura: "Mía es la venganza, yo daré lo merecido" (Dt 32,35). 20En vez de eso, "si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; así le sacarás los colores a la cara" (Prov 25,21s). 21No te dejes vencer por el mal, vence al mal a fuerza de bien.

EXPLICACIÓN.

1-21.    Comienza el desarrollo ético. Cambian el estilo y la materia. Problema implícito: ¿cómo sustituir la función ética de la Ley?, ¿quién guía la conducta del cristiano? (cf. 8,12: el Espíritu). La ética no está en relación con un código; por la unión a Jesús y el don del Espíritu, la conducta es una respuesta al amor de Dios manifestado. Existencia, gr. sôma, que designa al individuo en su capacidad de actuar. El culto es la entrega a los demás (cf. Jn 4,24). No pueden darse normas éticas precisas, pues cada circunstancia muestra una exigencia del amor, y a ella ha de responder el cristiano.

             Condición para el descernimiento: abandonar la mentalidad del mundo y adoptar la escala de valores representada por la cruz de Jesús. Culto auténtico. (gr. logikê), opuesto al exterior y formal. Lo bueno, lo que contribuye al bien; lo conveniente o agradable, lo que responde a la necesidad de otro; lo acabado o perfecto, lo eficaz, lo que alcanza su objetivo, sin limitarse a buenas intenciones (1-2).

             Dedicación sin pretensiones (3-8). Diversidad de dones dentro de la comunidad, que permiten diferentes servicios; éstos, por ser complementarios, le dan unidad y consistencia. El don de Dios a cada uno le indica su línea de servicio; debe tomarse en serio, pero sin atribuirle más importancia que la de su utilidad. El don particular de Pablo es ser apóstol de los paganos. Los dones señalan una tarea social.


             El amor, principio de moral social (9,21). Consiste en el don de sí mismo y es característico de Dios; el cristiano lo conoce por experiencia (3-5). El amor es solidario (15) y modesto (16); no busca la relevancia (3,5). Buena reputación (Prov 5,4). Esforzarse por crear una convivencia pacífica (18). Nada de venganza, dos males no hacen un bien (19); el castigo, atribuido a Dios (Dt 32,35), es la dialéctica misma pecado-muerte (19). Le sacarás los colores a la cara, sentido de la expresión hebrea "amontonarás ascuas sobre su cabeza", cf. Prov 25,21s. El enemigo se avergonzará de serlo (20).

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