Saulo o Saúl, conocido más tarde por Pablo, era natural de
Tarso, ciudad de Cilicia en la costa sur de Asia menor (Hch 22,3). Joven aún
(entre 25 y 40 años) cuando la muerte de Esteban (año 33 o 36, Hch 7,58),
"viejo" en Flm 9, muerte hacia el 67, debió nacer en los primeros
años del siglo.
Su familia era hebrea (Flp 3,5), de la tribu de Benjamín
(Rom 11,1). Tenía una hermana y un sobrino (Hch 23,16). Por ser nacido en
Tarso, ciudad libre, era ciudadano romano (Hch 22,25-29; 16-37; 23,27), conocía
bien el griego y su uso del método de la diatriba indica que tuvo alguna
formación helenística (cf. Introd. a Rom,3).
Era fariseo (Hch 23,6; 26,5; Gál 1,14; Flp 3,6), en
Jerusalén fue alumno de Gamaliel, rabino famoso (Hch 22,3; cf. 5,34) y hablaba
arameo (Hch 21,40; 26,14). Dada la misión que se le confió contra los
cristianos de Damasco, debía ser hombre importante; ciertamente tenía delante
de sí una brillante carrera.
En el camino de Damasco tuvo un encuentro con Jesús
resucitado, que cambió su vida; de perseguidor se convierte en apóstol, su campo
de misión serán los paganos (Gál 1,13-17; Hch 9,3-19; 22,6-16; 26,12-18).
Bautizado en Damasco (Hch 9,1), se marcha a Arabia (Gál,
1,17, probablemente el reino de Aretas IV en Transjordania), sin duda para su
primera misión. Al volver de Arabia pasa tres años en Damasco (Gál 1,18; Hch
9,23) predicando en las sinagogas. Lo persiguen los judíos, apoyados por el
gobernador de Aretas (2 Cor 11,32) y huye a Jerusalén, donde visita a Pedro
(Gál 1,18; Hch 9,26) hacia el año 40; Bernabé disipa las sospechas contra él
(Hch 9,27). Una visión del Señor en el templo lo confirma en su misión (Hch
22,17) y una conjura de judíos helenistas lo obliga a volver a Tarso (Hch
9,29-30; Gál 1,21; años 40-44). Bernabé va a buscarlo y se lo lleva a
Antioquía, donde pasa un año (Hch 11,25-26).
Con una delegación de Antioquía sube a Jerusalén para llevar
un subsidio (Hch 11,28-30; 12,25), aunque es posible que esta visita sea la
misma que la de la asamblea, separada literariamente por Lucas (cf. Gál 2,1). Pablo, junto con
Bernabé, es designado por el Espíritu para lanzar la misión de la comunidad de
Antioquía (Hch 13,3). En la primera fase (años 46-49); los acompaña Juan
Marcos, primo de Bernabé (Col 3,10). Zarpan de Seleucia puerto de Antioquía, y
van a Chipre; en Pafos se convierte el procónsul Sergio y Saulo cambia su
nombre po Pablo (Hch 13,7-12). Navegan hasta Perge de Panfilia y Juan
Marcos los abandona para volverse a
Jerusalén (Hch 13,13). Los dos misioneros recorren las ciudades del sur de
Galacia (Hch 13,14-14,26). Ante la resistencia de los judíos, Pablo se dedica a
los paganos (Hch 13,46-48).
El éxito de la misión suscitaba un problema: ¿había que
obligar a los paganos a circuncidarse y observar la Ley de Moisés? Algunos del
partido intransigente así lo sostenían (Hch 15,1), y se decide ir a Jerusalén
(Pablo, Bernabé, Tito, cf. Gál 2,1.3) a plantear la cuestión de los Apóstoles
(Hch 15,2). Triunfó la posición de Pablo (Gál 2,6), sostenida también por
Pedro: la Ley no es necesaria (Hch 15,7-11).
No obstante esto, Pablo tiene un incidente con Pedro en
Antioquía (Gál 2,11-14), que no señaló tampoco el fin de las controversias
sobre la Ley.
En la segunda fase de la misión, Pablo se separa de Bernabé
por causa de Juan Marcos y toma por compañero a Silas (=Silvano: Hch 15,36-41).
Visitadas las iglesias anteriormente fundadas en Asia Menor (en Listra se le
asocia Timoteo, Hch 16,1-3; cf. Introd. a Cartas Pastorales, 1), llega hasta la
costa frente a Europa, adonde una visión lo invita a pasar (Hch 16,6-10). Funda
en Filipo su primera comunidad europea (cf. Introduc. Flp 1), pero encarcelado
por un incidente sin importancia, tiene que marcharse a Tesalónica y, de allí,
por la oposición de los judíos a Barea y Atenas (Hch 17,10.15; cf. Intro. a 1
Tes 1), donde fracasó en su intento de acercarse a los intelectuales (Hch
17,22-32).
Bajó a Corinto (cf. Introduc. a 1 Cor 1) y, pasado año y
medio, partió para Éfeso con Áquila y Priscila;
dejándolos allí, volvió a Antioquía (18,22) a fines del 52.
En la primavera del 54 empieza la tercera fase de la misión, cuyo centro de operaciones fue
Éfeso (Hch 18,23-21,17), donde permaneció dos años y medio (54-57; Hch 18,10;
20,31). Desde allí escribe la carta a los Gálatas durante alguna prisión que sufriera.
En la primavera del 57 le llegan noticias de Corinto y empieza el conflicto con
aquella iglesia, a la que dirige varias cartas y hace al menos una visita (cf.
Introd. a 1 y 2 Cor).
Mientras Tito (cf. Introd. a Pastorales 1) estaba en Corinto
sucedió el motín de los plateros de Éfeso (Hch 19,23-20,1). Pablo a Macedonia,
encuentra a Tito y se entera de la reconciliación de los corintios (2 Cor
2,12-13; 7,5-16). Llegado a Corinto a fines del 57, se detiene tres meses (Hch
20,2-3); escribe la carta a los Romanos, donde expone su plan de visitar Roma e
ir a España (Rom 15,22-24; cf. Introd. a Rom 1).
Por encargo de los de Jerusalén había organizado una colecta
en beneficio de los pobres de aquella comunidad; las comunidades de Galacia,
Macedonia y Grecia (Acaya) contribuyeron a la misma (Rom 15,25-26; 1 Cor 16,1;
2 Cor 8-9). Para evitar una asechanza, toma el camino por tierra hasta Filipos
(Pascua del 58), pasa a Asia Menor y se embarca para Jerusalén con varios
compañeros. En Mileto se encuentra con los responsables de la Iglesia de Éfeso,
convocados allí (Hch 20,16; 21-17); quería llegar a Jerusalén para Pentecostés
(Hch 20,16).
Visita a Santiago y a los responsables, hace un voto por
consejo suyo, pero se arma un motín en el templo contra él y lo meten en la
cárcel , donde pasa dos años bajo el gobernador Félix, que residía en Cesarea
(años 58-60; Hch 23,23-33). Con el nuevo procurador, Festo, Pablo, cansado de
las insidias de los judíos, apela al tribunal del Emperador (Hch 25,11).
Embarca con otros presos y, después de una accidentada navegación y un
naufragio en Malta (Hch 28,1), llega a Roma en la primavera del 61 (Hch 28,15)
y pasa dos años de arresto domiciliario, pudiendo recibir visitas libremente
(ibíd., 17-28). Posiblemente entonces escribe las cartas a Filemón y Filipenses
y quizá a Colosenses (cf. Introd a Col).
Si se consideran auténticas las Pastorales, Pablo volvió a
Oriente, Clemente de Roma afirma que estuvo en España (cf. Introd. a Pastorales
2,4). Su muerte tuvo lugar, según Eusebio, hacia el año 67 en la persecución de
Nerón.
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