lunes, 20 de febrero de 2012

CARTA A LOS ROMANOS. NUEVA SOLIDARIDAD CON CRISTO. 5,12-21.

          12En consecuencia, igual que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó sin más a todos los hombres, dado que todos pecaban...
          13Porque antes de la Ley había ya pecado en el mundo; y, aunque donde no hay Ley no se imputa el pecado, 14a pesar de eso la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso entre los que no habían pecado cometiendo un delito como el de Adán.
          15Éste era figura del que tenía que venir, pero no hay proporción entre el delito y la gracia que se otorga; pues, si por el delito de uno solo murió la multitud, mucho más la gracia otorgada por Dios, el don de gracia que correspondía a un hombre solo, Jesús Mesías, sobró para la multitud.
          16Y tampoco hay proporción entre las consecuencias del pecado de uno y el perdón que se otorga, pues el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en amnistía. 17En otras palabras: si por el delito de aquel solo la muerte inauguró su reinado, por culpa de aquel solo, mucho más los que reciben esa sobra de gracia y de perdón gratuito, viviendo reinarán por obra de uno solo, Jesús Mesías.
          18En resumen: lo mismo que el delito de uno solo resultó en la condena de todos los hombres, así el acto de fidelidad de uno solo resultó en el indulto y la vida para todos los hombres; 19es decir, como la desobediencia de aquel solo hombre constituyó pecadores a la multitud, así también la obediencia de este solo constituirá justos a la multitud.
          20Por lo que hace a la Ley, se metió por medio para que proliferase el delito, pero donde proliferó el pecado sobreabundó la gracia; 21así, mientras el pecado reinaba dando muerte, la gracia reina concediendo un indulto que acaba en vida eterna, gracias a Jesús, Mesías, Señor nuestro.

EXPLICACIÓN.

12-21.   ¿Cómo el acto individual de Jesús Mesías tiene efectos en todos? ¿Sólo por su ejemplo? Pablo encuentra una solución en la idea de solidaridad, muy viva en su tiempo. Adán, representante del destino de la humanidad (1 Cor 15,22), es la humanidad misma considerada como un cuerpo, responsable de la tiranía del pecado sobre todo hombre que viene al mundo. El individuo aislado es una abstracción; cada uno está afectado por factores de herencia y ambiente. El mal que comete el individuo no depende de él solo; Pablo lee en Gn 2 la estructura fundamental de la existencia humana. Jesús Mesías viene a comenzar una nueva solidaridad: lo que hizo y sufrió lo hizo como representante inclusivo de la nueva humanidad que tiene su origen en él. Situación de los hombres por culpa de Adán (12-14a).

            Paralelo Adán-Jesús: superioridad de Jesús. La gracia supera el delito, porque la sucesión pecado-muerte es de causa-efecto, mientras la gracia (favor, perdón, vida) desborda la necesidad del hombre (14B-15). El perdón supera los efectos del pecado, pues la amnistía es más amplia que la condena, y la vida que se promete es más que simplemente no morir (16-17).

            Resumen, con dos formulaciones:

            a) efectos de la transgresión de uno y de la fidelidad de uno;

          b) lo mismo, de la desobediencia o respuesta negativa y de la obediencia o respuesta positiva (18-19). La Ley empeoró la situación, pero la gracia vence también los efectos de la Ley (20). Realidad pasada y presente: reinado de la Ley, reinado de la gracia ( = favor, amor divino).

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