2 1Por eso tú, amigo, el que seas, que te
eriges en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te estás
condenando a ti mismo, porque tú, el juez, te portas igual.
2-Pero, ¡sabemos que Dios condena con
razón a los que obran de ese modo!
3-Y tú, amigo, que juzgas a los que
obran así mientras tú haces lo mismo, ¿te figuras que tú sí vas a escaparte de
la sentencia de Dios? 4¿O es que no das importancia a su inagotable benignidad,
a su tolerancia y a su paciencia, sin darte cuenta de que la benignidad de Dios
te está empujando a la enmienda?
5Pues con la dureza de tu corazón
impenitente te estás almacenando castigos para el día del castigo, cuando se
revelara el justo juicio de Dios, 6que pagará a cada uno según sus obras. 7A
los que perseveraron en hacer el bien, buscando gloria y honor que no decaen,
les dará vida eterna; 8a los que por egoísmo se rebelaron contra la verdad y se
afiliaron a la injusticia, les dará un castigo implacable.
9Aflicción y angustia tocarán a todo
el que comete el mal, en primer lugar al judío, pero también al griego;
10gloria, honor y paz a todo el que practica el bien, en primer lugar al judío,
pero también al griego. 11Porque Dios no tiene favoritismos; 12los que pecaban
sin estar bajo la Ley, perecerán sin que intervenga la Ley; los que pecaban
bajo la Ley, por la Ley serán juzgados. 13Porque no basta escuchar la Ley para
estar a bien con Dios, hay que practicar la Ley para recibir su aprobación.
14Me explicó: cuando los paganos, que
no tienen Ley, hacen espontáneamente lo que ella manda, aunque la Ley les
falte, son ellos su propia Ley; 15y muestran que llevan escrito dentro el
contenido de la Ley cuando la conciencia aporta su testimonio y dialogan sus
pensamientos condenando o aprobando.
16Así será el día en que Dios juzgue lo
escondido en el hombre; y, según el evangelio que predico, lo hará por medio de
Jesús el Mesías.
EXPLICACIÓN.
1-16. Pablo usa el
estilo de la diatriba, creando un objetor ficticio. Como éste es judío, Pablo
se pone a su nivel y acepta sus premisas, que no son las cristianas. El judío
admitía el juicio por las obras, y Pablo argumenta ad hominem. Por poseer la
Ley de Moisés y llamarse "judío", creía tener cierta inmunidad
respecto al juicio de Dios. Armado de la Ley, podía juzgar al resto de la humanidad;
por otra parte, la benignidad, tolerancia y paciencia que Dios ha mostrado en
la historia de Israel lo persuadía de que Dios castiga a los israelitas con
menor severidad que a los otros pueblos (1-4). Amigo (1.4), lit.
"Hombre".
Pablo lo
desengaña. El conocimiento de Dios se ha dado para que guíe la conducta del
hombre (5-8). No hay diferencia entre judío y no judío (9-13), y tampoco el
pagano carece totalmente de ley (14-15). El v.16, que enlaza con el v.13,
recuerda el contexto cristiano. La imagen del juicio sirve para recordar la
responsabilidad personal.
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