sábado, 25 de febrero de 2012

CARTA A LOS ROMANOS. ACEPTARSE MUTUAMENTE. 15,7-13.

            7Por consiguiente, acogeos mutuamente como el Mesías os acogió para honra de Dios. 8Quiero decir con esto que el Mesías se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, ratificando las promesas hechas a los Patriarcas 9y haciendo que los paganos alabasen a Dios por su misericordia. Así lo dice la Escritura:

              Por eso te alabaré en medio de las naciones
              y cantaré a tu nombre (Sal 17,50).

            10Y en otro lugar:

           Alegraos, naciones, con su pueblo (Dt 32,43 LXX).

            11Y de nuevo:

           Alabad, naciones todas, al Señor,
           ensalzadlo, todos los pueblos (Sal 116,1).

           12Y también Isaías dice:

           Retoñará la raíz de Jesé,
          el vástago reinará sobre las naciones:
          las naciones esperarán en él (Is 11,10).

         13Que el Dios de la esperanza colme vuestra fe de alegría y de paz, para que con la fuerza del Espíritu Santo desbordéis de esperanza.

EXPLICACIÓN.

7-13.      Insiste en la unidad. Las dificultades de los párrafos anteriores tenían relación con la procedencia judía o pagana de los cristianos. Lo que honra a Dios es la unión de los suyos, pues ella muestra que él es amor. Para los judíos, el Mesías ha seguido el camino de las promesas; para los paganos, el de la misericordia. Así todos deben alabar a Dios (7-12). De la exhortación pasa a la oración. La esperanza orienta hacia el futuro: no hay que quedar bloqueados en el pasado. Obra del Espíritu (13).

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