miércoles, 15 de febrero de 2012

II. CARTA A LOS ROMANOS. REHABILITACIÓN. 3,21-31.

    21Ahora, en cambio, independientemente de toda Ley, está proclamada una amnistía que Dios concede, avalada por la Ley y los Profetas, 22amnistía que Dios otorga por la fe en Jesús Mesías a todos los que tienen esa fe. A todos sin distinción, porque 23todos pecaron y están privados de la presencia de Dios; 24todos pecaron y están privados de la presencia de Dios; 24pero graciosamente van siendo rehabilitados por la generosidad de Dios, mediante el rescate presente en el Mesías Jesús: 25Dios nos lo ha puesto delante como lugar donde, por medio de la fe, se expían los pecados con su propia sangre.
          Así demuestra Dios que no fue injusto si dejó impunes 26con su tolerancia los pecados del pasado, con esa demostración de su rectitud en nuestros días: resulta así que él es justo y que rehabilita al que alega la fe en Jesús.
         Y ahora, 27¿dónde queda el orgullo? Eliminado. ¿Por qué régimen?, ¿por el de las obras? No, al contrario, por el régimen de la fe. Porque ésta es nuestra tesis: 28que el hombre se rehabilite por la fe, independientemente de la observancia de la Ley.
         29¿Acaso Dios lo es solamente de los judíos? ¿No lo es también de los demás pueblos? Evidentemente que también de los demás pueblos, 30dado que hay un solo Dios. Pues él rehabilitará a los circuncisos en virtud de la fe y a los no circuncisos también por la fe.
        31-Entonces, con la fe, ¿derogamos la Ley?
        -Nada de eso; al revés, la Ley la convalidamos.

EXPLICACIÓN.

21-31.  Una vez descrita la condición desesperada de la humanidad, los frutos tremendos de la reprobación (1,18), la pena de muerte universal, vuelve Pablo al tema de 1,17: expone la intervención salvadora de Dios: la amnistía (21) se concede a todos por la fe/adhesión a Jesús Mesías (22). Alienación universal; presencia (23), lit. "gloria", que indicaba el esplendor (o "la nube") por el que Dios manifestaba su presencia y comunicaba con su pueblo (Éx 40,34). Para describir la obra de Dios en el hombre usa tres metáforas: a) forense: amnistía, rehabilitación (24a); b) social: rescate, liberación de la esclavitud (24b); c) religiosa: expiación (24c-25a). Justificación de la paciencia de Dios (25b-26). La exposición de Pablo concuerda con hechos de la vida de Jesús (cf. Mc 2,5: la fe, única condición para el perdón;  Lc 7,36-50; 15,11-23).

           Expone a continuación los corolarios del principio enunciado antes. Se acaba el orgullo, característica del observante de la Ley (27-28); la rehabilitación es obra solamente de Dios, supuesto que el hombre tenga la fe/adhesión a Jesús (29-30). La pregunta sobre la Ley no se refiere a ésta en cuanto código legal, sino en cuanto Escritura (el AT), como va a demostrar en el apartado siguiente.  

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