martes, 14 de febrero de 2012

Cartas a los Romanos 1,8-15.


   8Antes de nada doy gracias a mi Dios, por medio de Jesús el Mesías, por todos vosotros, porque en el mundo entero se pondera vuestra fe. 9Bien sabe Dios, a quien doy culto con toda mi alma proclamando la buena noticia de su Hijo, que no se me cae vuestro nombre de la boca cada vez que rezo, 10y le pido a Dios que, si es su voluntad, alguna vez por fin consiga ir a visitaros como sea. 11Tengo muchas ganas de veros, para comunicaros algún don del Espíritu que os afiance, 12es decir, para animaros mutuamente con la fe de unos y otros, la vuestra y la mía.
      13Por otra parte, quiero que sepáis, hermanos, que muchas veces he tenido en proyecto haceros una visita, pero que hasta el presente siempre he encontrado obstáculos; esperaba recoger entre vosotros algún fruto, como entre los demás pueblos. 14Estoy en deuda con los griegos y extranjeros, con instruidos e ignorantes; 15de ahí mi afán por exponeros la buena noticia también a vosotros los de Roma.


EXPLICACIÓN.

8-15. Deseo de visitar Roma. Era costumbre empezar las cartas con una expresión piadosa después del saludo. Pablo la usa siempre, excepto en Gál. Podía ser una oración o una acción de gracias a Dios. Pablo de ordinario, une las dos. A mi Dios, expresión afectiva, cercana de "Padre"; a quien doy culto con toda mi alma, lit. "con mi espíritu", indicando la totalidad de la persona; "espíritu" denota la interioridad dinámica del hombre. "Dar culto" o "servir", no ritual (cf. 12,1); según 15,16, el culto a Dios se ejerce mediante la predicación del evangelio.

           Aunque la meta de Pablo no era Roma, sino España (15,24.28), tenía mucho interés en conocer la comunidad de Roma, sin duda numerosa y con prestigio en las provincias (11). No va en visita de inspección, y modera sus frases, se presenta como un igual (12). En 15,22 explica lo que le ha impedido hasta el momento viajar a Roma (13). No considera su actividad mérito suyo, sino pago de una deuda con la humanidad entera (1 Cor 9,16; cf. Mt 18,27; Lc 7,42) (14).

No hay comentarios:

Publicar un comentario