martes, 21 de febrero de 2012

CARTA A LOS ROMANOS. LIBERTAD HUMANA: ISRAEL Y EL EVANGELIO. 9,30-10,15.

30¿Qué se concluye? Que los paganos, que no tenían por meta una rehabilitación, consiguieron una rehabilitación, la rehabilitación por la fe. 31Israel, en cambio, que tenía por meta una Ley rehabilitadora, no llegó a la Ley. 32¿Qué pasó? Que al no apoyarse en la fe, sino, como ellos sostienen, en las obras, tropezaron con el obstáculo de esa piedra 33que menciona la Escritura:
                  Mirad, coloco en Sión una piedra de obstáculo,
                  una roca para caerse;
                  pero quien crea en ella no quedará defraudado (Is 28,16).
10      1Hermanos, mi anhelo más profundo y lo que pido a Dios por ellos es que se salven. 2Que tienen fervor religioso lo declaro en su honor, pero mal entendido; 3pues, olvidándose de la rehabilitación que Dios da y porfiando por mantenerla a su modo, no se sometieron a la rehabilitación de Dios. 4Porque el fin de la Ley es el Mesías, y con eso se rehabilita a todo el que cree.
             5La rehabilitación que viene por la Ley la define Moisés en estos términos: "El que cumple estos preceptos, por ellos vivirá" (Lv 18,5); 6en cambio, la rehabilitación que viene por la fe se expresa así: "No te preguntes: ¿quién subirá al cielo? (es decir, con la idea de hacer bajar al Mesías); 7ni tampoco: ¿quién bajará al abismo?" (es decir, con la idea de sacar al Mesías de la muerte). 8¿Qué dice entonces? Esto: "A tu alcance está la palabra, en tus labios y en tu corazón" (Dt 30,14); la palabra, es decir, la fe que proclamamos. 9Porque si tus labios profesan que Jesús es Señor y crees de corazón que Dios lo resucitó de la muerte, te salvarás. 10La fe interior obtiene la rehabilitación y la profesión pública obtiene la salvación, 11pues dice la Escritura: "Ninguno que crea en él quedará defraudado" (Is 28,16). 12Y ya no hay distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos lo que lo invocan; 13porque "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará" (Jl 3,5).
             14Pero, ¿cómo van a invocarlo sin creer en él?, y ¿cómo van a creer sin oír hablar de él?, y ¿cómo van a oír sin uno que lo anuncie? 15y ¿cómo lo van a anunciar sin ser enviados? Según aquello de la Escritura: "Bienvenidos los que traen buenas noticias" (Is 52,7).

EXPLICACIÓN.

9,30-10,15. Responsabilidad humana. Los paganos no han conseguido la rehabilitación con su propio esfuerzo, en cambio Israel ha pretendido hacerlo; mal camino, porque el amor no se puede forzar. Ahora que Dios ha manifestado inequívocamente su voluntad, Israel la rechaza, aferrándose a la Ley. Pero era necesario abolirla, para que todos pudiesen creer. El Mesías, fin de la Ley. El fervor, estado psicológico, no tiene valor en sí mismo, ni la sinceridad establece la verdad (9,30-10,4).

                Se podría haber logrado la rehabilitación por la Ley (Lv 18,5) si no hubiera estado por medio el pecado (5) (cf. 7,7-25). El Mesías no es una figura celeste inaccesible, como el de la literatura apocalíptica, ni tampoco un maestro del pasado (abismo) (Dt 9,4), sino el Señor que está cerca (6-7). La nueva palabra es la profesión de fe, que nace del corazón (Dt 30,12-14). La fe, que es entrega a Dios en la adhesión a Jesús Mesías, obtiene la rehabilitación. La profesión pública, que es una ruptura con el pasado y un compromiso de acción, obtiene vida (Espíritu) y salvación (Is 28,16; Jl 3,5) (10-13). Jesús, a diferencia de Moisés, no ha dejado libros. Es la palabra viva de la predicación la que transmite su mensaje (Is 52,7) (14-15).         

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